“No es una cuestión individual, del lote, de la empresa, sino regional. No es una problemática individual, sino de todos o de la mayoría”. Este fue el mensaje que abrió el segundo Encuentro técnico “Salvemos al Maíz”, que se llevó a cabo ayer en la sede de la Sociedad Rural de Tucumán. Lo dijo Daniel Frascarolo, referente del Comité “Salvemos al Maíz”, frente a más de 200 productores y representantes de firmas agrarias y de proveedores de insumos.

Durante la jornada, se exhibió información técnica sobre las alternativas para el manejo del cultivo y mitigar los daños del Spiroplasma o “achaparramiento del maíz”, cuyo vector es el Dalbulus maidis. Entre los especialistas, expusieron los ingenieros Daniel Fadda y Luciano Devani, quienes hicieron referencia al control de “maíz guacho” o voluntario previo a la toma de decisión respecto del inicio de la siembra de la campaña 2024-2025. “El mejor resultado del tratamiento no está dado por el mayor porcentaje de control del maíz guacho (…), sino por la oportunidad de control y el eficiente manejo poblacional del dalbulus”, dijo Fadda.

En la siguiente mesa panel, Oscar Ricci, Horacio Mangini, José Saleme y Marcelo Zucal, productores de distintas zonas de la provincia, contaron sus experiencias e hicieron hincapié en las decisiones de siembra de maíz y la importancia de las estrategias de manejo del cultivo.

“El futuro del cultivo de maíz en el NOA implica una combinación de desafíos y oportunidades”

“En general, el clima es un poco más alentador que hace unos meses, cuando fue el golpe duro. Si bien no está todo solucionado, pero en la charla dijimos que el vacío sanitario tuvo un éxito o un resultado relativamente importante. No es que no haya siembra, pero casi ha disminuido mucho la superficie de maíces de invierno y primavera”, expresó Frascarolo. El referente del Comité “Salvemos al Maíz” remarcó que los agricultores son “conscientes de la importancia de la técnica que apunta al control del maíz guacho, es decir, el trabajo sobre las plantas que crecen a partir de granos perdidos en la cosecha anterior. Estas especies de malezas funcionan como un “puente verde” entre la última y la nueva campaña, y se transforma en un reservorio del vector y de los agentes que causan el “achaparramiento”.

Reducción

“Vemos que la población de la chicharrita está bajando (con respecto a inicio del año). Si bien es normal que se registre una reducción en esta época, pero que tenemos herramientas para seguir mitigando la población”, añadió Frascarolo. Según se consignó, se ha observado para esta período una baja de la población de la “chicharrita del maíz”, de entre un 50% y el 60%, en puntos específicos que hayan tenido una trampa de muestreo en la misma época de 2023.

“Mientras la chicharrita no tenga maíz de ahora hasta noviembre, diciembre, se tendría que mantener esa baja. Si encuentra mucho maíz, la población tendría que crecer rápidamente. Por eso, son importantes el vaso sanitario y el control de maíz guacho”, añadió. Justamente, la presencia de maíces voluntarios o “guachos” fuera de la época del cultivo favorecen a la plaga. Ahora, en el sector productivo se alertaron por la aparición de las lluvias de primavera, lo que podría “despertar y permitir el crecimiento del maíz guacho”. “Entonces, hoy comienza la campaña fuerte para eliminarlo”, enfatizó Frascarolo.